jueves, 9 de mayo de 2013

Antonio Parra Labarca, un Valparaíso viviente

Desde hace muchos años que vengo trabajando con este personaje de Valparaíso. Su nombre es Antonio Parra Labarca. Un abuelo para mí que me ha enseñado muchísimas cosas de la vida y hemos compartido una gran amistad.

Éste blog  se lo dedico a él y contendrá todo un material que quiero inmortalizar de esta ciudad que es mi casa. La inmortalización tanto en material audio, fotográfico y video es de libre acceso y espero que ustedes puedan enviarme comentarios a mí y a él. Su email es anpala2003@yahoo.com y de seguro estará feliz con un gran saludo de algún amigo cercano, lejano o alguien que quiera conocer Valparaíso a través de los ojos de este personaje embrujado por esta particular ciudad.



Esta es la primera entrevista realizada a Parrita para que me cuente su vida:
Retrato de Parrita (Fotografía: Rodolfo Rubio)



Parrita menciona su primer poema aprendido del genio creador de Alejandro Flores Pinaud: Señor. 
Se trata de unos versos hondamente desgarradores, en que un hombre ha perdido a su amada mujer y, al mismo tiempo, la fe en Dios. A éste dedica aquel desconsolado hombre una plegaria de desconcertante patetismo.
Hace ya mucho tiempo que al dolor de la carga

se ha curvado mi espalda y astillado mi hombro,
y, a pesar que mi senda día a día se alarga,
ni suplico tu gracia, ni siquiera te nombro.



Yo jamás te pedí me tendieras tu mano
para hundirme en la tierra o treparme a la cumbre;
yo jamás imploré tu poder sobrehumano:
me bastaba el sencillo poder de mi lumbre.



Fui rebelde, Señor, pero tú te vengaste;
y fue cruel la venganza y el dolor que me diste;
me llevaste a la amada que tu mismo formaste
como el agua de clara, como todo de triste...



Fue una noche de enero, tibia, azul, luminosa;
su alba carne de ensueño palpitó estremecida
al sentir en su vientre la tortura gloriosa
de otra vida pequeña que llegaba a la vida...



Con la fe más intensa, con la unción más profunda
te dijeron sus labios la plegaria de amor:
“¡Fortalece Señor mis entrañas fecundas
y hazle blando el camino a este nuevo dolor!”



¡Nunca, nunca, Señor, otros labios hubiste
que tu gracia imploraran con más honda emoción!
¡Nadie nunca ha rogado como ella, la triste,
por el fruto bendito de su amor, todo amor!



Pero tu no escuchaste... Su plegaria bendita,
hecha lágrima y sangre y empapada en piedad,
se perdió sollozando en la noche infinita...
¡y sus ojos cerraste para siempre jamás!



¡Es por eso que ahora, que mi labio te nombra,
la palabra me sale dolorosa y amarga,
porque siento que grita su recuerdo en la sombra
y la pena se ahonda y el camino se alarga!



¡Es por eso que vago por senderos sin luces,
encorvado en la tierra donde duerme mi amor
y en la paz de la noche yo me tiendo de bruces
y me abrazo a la tierra como a su corazón...!






1 comentario:

  1. Hoy lo conocí a este personaje. Es una persona increíble, con mucho conocimiento, de mucho conocimiento.

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